Aunque son muchas las conferencias que valdría la pena mencionar, quiero referirme acá específicamente a la dictada por Juan Carlos Alonso*, sobre la “Crisis de la hegemonía masculina y su impacto en la individuación de parejas”. En esta conferencia se resaltó la importancia de la individuación de la pareja desde cada uno de sus miembros. Esto a mi manera de ver, se trata de un principio fundamental en el que primero hay que ser uno para luego ser dos.
Quiero aclarar que no se trata de que sólo si uno logra la individuación puede unirse a otro… si así fuera ¡no existirían parejas en el mundo y la raza humana estaría sentenciada a desparecer! Se refiere a que cada uno tenga y recorra su propio camino y pueda seguir desarrollándose con el otro y no “a pesar” del otro.
El punto es que hoy en día los roles de la pareja están en un momento de transición. La identificación del masculino con el rol proveedor está sufriendo cambios y en pro de desarrollar su lado analítico y profesional, las cualidades de cuidado, afecto e intuición, vienen en detrimento en muchas mujeres. Todo esto afecta, en unos y otros, el proceso de desarrollo de la personalidad y de diferenciación psicológica propio de la individuación.
Esto se refleja en una crisis de la masculinidad en la que es confuso para los hombres cuál es su rol, tan claramente delimitado durante siglos, entre otras cosas porque en nuestra sociedad los hombres no fueron criados para el Eros y sí para el Poder. Se les exige hoy en día que cuiden a los niños y asuman labores domésticas, que nunca pensaron en realizar.
Ahora, no estoy con esto proponiendo que volvamos a esquemas anteriores ni mucho menos… Estoy segura que aunque no hayan sido educados para el cuidado de los otros, perfectamente pueden hacerlo. Como decía alguna vez Florence Thomas en una conferencia en la Universidad de los Andes en Bogotá, ¿cómo un hombre que gerencia una empresa con más de mil empleados y mantiene los más altos niveles de producción, no va a ser capaz de cambiar un pañal? De acuerdo, capaces somos todos, hombres y mujeres, aunque por supuesto “cambiar el pañal” es sólo una caricatura de todo lo que envuelve estar a cargo de un hogar.
Aunque ya había explorado un poco este tema en un post anterior (Homenaje al ánima), me parece interesante retomarlo a partir de una de las conclusiones de la conferencia: Hoy en día, las mujeres han disminuido en Eros (delegando cada vez más las funciones del hogar y de crianza de los hijos, por ejemplo) y han aumentado en Poder (Con sus conquistas en el mercado laboral). Mientras tanto los hombres han disminuido en Poder pero no han aumentado en Eros.
Si es así, ¿es entonces el Eros el gran sacrificado?
Creo que la respuesta es sí y a esto se debe en gran parte la crisis social actual, con un Eros que no encuentra expresión en hombres que se sienten inadecuados asumiendo nuevas funciones familiares, ni en mujeres que se sienten frustradas por quedarse en casa, ni en niños que crecen solos frente a un televisor porque no es claro quién debe (¿o quiere?) hacerse cargo de ellos.
En mi opinión, sólo cuando hombres y mujeres seamos capaces de reconocer en nosotros mismos Eros y Poder e integrarlos, probablemente estemos acercándonos al final de esta complicada transición.
¿Cómo lograr eso? Juan Carlos Alonso propone: “Se requieren espacios de reflexión entre hombres y mujeres sobre las ganancias obtenidas, asumiendo la de-sexualización de la función proveedora, con un Poder que se comparte y un Eros fortalecido en la dimensión relacional y personal. Así, las relaciones lograrían constituirse en un lugar de individuación para ambos sexos.” (1)
Desde mi punto de vista, como en todo momento transicional aparecen radicalismos iniciales para dar paso después a una síntesis, un equilibrio que como sociedad estamos necesitando. El problema es ¿cuántas generaciones va a tomar este cambio?
* Presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Psicología Analítica en Colombia - ADEPAC
(1) Alonso, J.C (2009), Crisis de la hegemonía masculina y su impacto en la individuación de parejas. Memorias V Congreso de Psicología Analítica. Santiago de Chile
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