sábado, 25 de septiembre de 2010

Casi pura ficción

“Quien mira hacia fuera sueña,
quien mira hacia adentro despierta.”
C.G. Jung

Está bien, está bien, voy a escribir sobre Inception (El Origen). No es que tenga una horda de seguidores pidiéndome que escriba sobre la película de Nolan, tal vez no. La verdad es más un pequeño conflicto propio, que finalmente espero resolver escribiendo este post.

Lo primero que quiero decir es que la película me pareció muy buena, muy bien hecha y muy entretenida. Ahora, tengo mis problemas con la manera como aborda el tema de los sueños, pero eso puede ser puro “mamertismo” como decimos en Colombia, así que no voy a entrar en detalles aburridos.

Tampoco quiero dar una interpretación junguiana y debatir sobre las infinitas posibilidades de la película, sobre lo que es real o no, ni sobre el incierto final. Creo que la red ya está bastante saturada con posts sobre estos temas.

Lo cierto es que ya que el tema de los sueños dio pie para una súper producción de acción, la película me sirve como excusa para abordar temas interesantes, por lo menos para mí.

Aunque la posibilidad de entrar en varios niveles de sueños por medio de una máquina es pura ficción, por lo menos por ahora, lo que no es ficción es la posibilidad de tener sueños lúcidos.

Básicamente todos hemos tenido esta experiencia en un sueño, cuando espontáneamente nos damos cuenta que estamos soñando, aunque normalmente esto no cambia en nada nuestro sueño, que continua como cualquier otro.

Sin embargo, es posible entrenarse para tener sueños lúcidos voluntariamente y lograr un nivel de consciencia durante el sueño que nos permita “soñar despiertos”. Imagínense esta escena: están en medio de un escenario completamente onírico, a su alrededor están pasando cosas que serían totalmente imposibles en la vigilia, pero ustedes están despiertos, conscientes de lo que está pasando… increíble ¿no? Pero posible.

Existen técnicas para entrenarse en los sueños lúcidos. Lograrlo es increíblemente difícil, porque en el momento en el que nos damos cuenta que es un sueño, entra la consciencia y despertamos. Se requiere una enorme disciplina y entrenamiento para lograr continuar dormidos cuando tenemos consciencia en nuestro mundo onírico.

Sin embargo, quienes lo han logrado (personalmente sólo he alcanzado niveles superficiales), relatan las más increíbles situaciones, donde no existe ningún límite para la consciencia, donde es posible volar, conocer cualquier lugar del mundo, conversar con cualquier ser sobre la tierra y fuera de ella, convertirse en un animal, o en un árbol, o en un río… en fin, no hay límite posible para quien despierta en el inconsciente. ¿En qué se diferencia esto de un sueño corriente? En que, en este caso, hacemos todo esto por nuestra propia voluntad, siendo los “dueños” de nuestro sueño.

Aunque esto suene bastante extraño para nuestros estándares occidentales cartesianos, estas posibilidades no son ninguna novedad. Los chamanes mexicanos, por ejemplo, durante mucho tiempo han dominado estas técnicas. De hecho, ellos van más allá logrando entrar conscientemente en los sueños de otros para curar enfermedades y resolver problemas. Por eso algunos chamanes se van a dormir muy temprano, porque “tienen que trabajar”.

Es posible entonces tener conversaciones reales con personas que entran en nuestro inconsciente por su propia voluntad, y recordarlo como si fuera un sueño común al otro día. Sólo que quien entró en el sueño será capaz de decirnos exactamente cómo fue ese sueño y las conversaciones que sucedieron en él.

Sé que esto suena bastante insólito, pero no me parece mucho más raro que un grupo de gente conectada a una máquina, entrando en el inconsciente de una persona, en un sueño diseñado por otra… (para quien no ha visto Inception, esto es más o menos lo que pasa).

Claro que no se espera que el espectador crea lo que ve en la película, aunque tenga su fondo de realidad, entre otras cosas porque los sueños lúcidos todavía parecen ficción para la mayoría.

Estos temas siguen siendo totalmente ajenos a nuestro contexto, y tristemente sólo una súper producción como Inception es capaz de generar un interés masivo, aunque pasajero, en los sueños.

En todo caso Inception es CASI pura ficción.


PD: Por cierto, ¡el martes cumple dos años inconsciente conectivo!

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