miércoles, 17 de diciembre de 2008

Sueños en secuencia

Después de casi un mes de no escribir en mi blog, debido a mis múltiples obligaciones académicas de fin de año, he decidido escribir un post corto sobre algo que me pasó hoy.

Por motivos alquímicos (tengo que entregar un trabajo sobre psicología analítica y alquimia este sábado), estuve revisando el cuaderno donde escribo mis sueños y me di cuenta de que un sueño muy importante que tuve hace 10 años se complementa totalmente con otro sueño que tuve en el 2006.

Simplemente no lo había notado, pero en mi primer sueño soy un hombre calvo de unos 40 años de edad y visto una túnica negra. Todo el sueño, transcurre alrededor de este personaje misterioso que sólo volvió a aparecer en el sueño de hace dos años.

Lo maravilloso del asunto es que se trata del inicio (en 1998) y cierre (en 2006) de un ciclo muy importante en mi vida. No voy a entrar en los detalles para que no terminen dormidos y soñando al leer este post, pero el sueño del 98 hablaba de nacimiento y el del 2006 de muerte y transformación.

Esto por supuesto no es una casualidad. Los sueños generalmente están relacionados entre sí. Es por eso que es recomendable analizar secuencias de sueños en terapia y no verlos aisladamente. Finalmente se trata de un proceso y no de eventos independientes.

Lo más interesante es que los sueños pueden complementarse después de varios años, como lo confirma mi experiencia y la de varios pacientes.

Pero también es común tener varios sueños en una misma noche que pueden ser totalmente diferentes en cuanto a personajes, lugares y situaciones. En este caso, una vez más, lo más probable es que se trate de una secuencia, como los capítulos de un libro. He tenido esta experiencia varias veces y gracias a que escribo la mayor parte de mis sueños me doy cuenta de que tienen un hilo conductor que a primera vista no es fácil de identificar.

Al despertar y recordar lo que acabamos de soñar es muy común descalificar los sueños, es decir, pensar que lo que se soñó es ridículo y que no tiene nada que ver con nuestra vida consciente. Pero esa actitud descalificadora generalmente es un mecanismo de defensa para no ver lo que nuestro inconsciente nos está queriendo decir.

Muchas personas no escriben la mayoría o ninguno de sus sueños porque les parecen absurdos. Pero es el ego, para protegerse a sí mismo, quien decide que el sueño no tiene sentido. Generalmente en esos casos los sueños tienen mucho que decir.

Es por eso que, al despertar, mi recomendación es no juzgar los sueños con ningún adjetivo (absurdo, bobo, inútil, ridículo, etc.). Simplemente hay que escribir TODOS los sueños. Sólo así se logra percibir su valor y su sentido, algunas veces de inmediato y otras veces años después…