lunes, 20 de abril de 2009

Mandalas de luz

Hace un par de meses, en una estación del metro de São Paulo, me encontré por “casualidad” (para mí todo encuentro casual es una cita, como dijo Borges) una exposición llamada Mandalas, Noches Romanas, Noches Paulistanas. Marco Ulgheri, artista italiano, crea estas maravillosas imágenes a partir de fotografías que toma en las calles en la noche o al final del día. Con el obturador abierto de su cámara, logra captar el rastro de las luces de los carros, la gente, el reflejo en el piso mojado, las luces de la ciudad. La imagen inicial es duplicada en computador varias veces alrededor de un punto central, formando estos círculos maravillosos cuyos colores surgieron de una escena y de un momento real. Es por esto que Marco Ulgheri considera que estos Mandalas son el producto de la casualidad de un momento cotidiano captado por su cámara. Las manos del artista sosteniendo la cámara son en este caso el pincel y la pintura es la luz.


No sólo me parece maravilloso el resultado final sino también la metáfora detrás de la creación de estos mandalas.

Los mandalas son figuras simétricas a un centro, generalmente circulares o cuadradas. Estas figuras han aparecido a lo largo de la historia de la humanidad en diversas culturas y tradiciones en todo el planeta. En oriente, los mandalas han sido utilizados tradicionalmente como objetos de contemplación y meditación y es común encontrar mandalas enormemente elaborados que contienen un complejo simbolismo budista.

En el Tíbet, los lamas tienen una tradición que personalmente encuentro admirable. Realizan enormes mandalas con arena muy fina de colores. Este proceso puede tomar varios meses en donde hay una dedicación total para lograr cada detalle sólo con arena. Una vez el mandala es terminado se protege con una urna de cristal y el pueblo en peregrinación pasa en grandes filas a verlo. Y cuando la peregrinación ha terminado, los lamas simplemente retiran la urna de cristal y el viento se va llevando la arena y con ella las formas y detalles. Finalmente sólo queda un gran espacio vacío, ningún rastro de la gran obra realizada y la increíble lección budista de desapego e impermanencia que a los occidentales nos cuesta tanto siquiera entender.

Para Jung, los mandalas son una imagen que representa la psique, cuyo centro es el Sí-Mismo. Él observó que estas figuras simétricas al centro, aparecían espontáneamente también en muchos de sus pacientes, en sueños y dibujos, especialmente en momentos de crisis, como si fuera una manera en que la psique busca organización y equilibrio.

En ese sentido, los mandalas son símbolos del Sí-Mismo, como centro regulador de la psique.

Es por todo lo anterior que me parece maravillosa la metáfora lograda por Ulgheri al mostrarnos sus mandalas hechos de luz. Me hace pensar que ahí, en medio de la noche de grandes ciudades congestionadas por el tráfico, los transeúntes, la lluvia, también está la prima materia del círculo sagrado.

Quien esté interesado en ver más mandalas de Marco Ulgheri puede hacerlo en este URL: http://www.ulgheri.it/digital-art/mandala/mandala.htm

miércoles, 1 de abril de 2009

Todo sucede por sí mismo

El sábado pasado tuve el privilegio de conocer a Tenzin Namdrol, monja budista ordenada novicia en 1996 por el Dalai Lama. Fue un encuentro muy cercano, con pocas personas, en el que esta mujer excepcional habló sobre Budismo y Psicología Analítica, los grandes puntos de encuentro con el pensamiento junguiano. Por supuesto que no es una coincidencia que existan estos puntos en común ya que Jung basó gran parte de su teoría en sus estudios sobre filosofía y religiones orientales.

En el encuentro con personas espiritualmente avanzadas, cada mensaje es de tal profundidad que una sola frase podría ser motivo de reflexión para el resto de la vida. Es por eso que no hay manera de resumir lo expuesto.

Sin embargo, al final del encuentro Tenzin entregó a cada uno de nosotros un texto del lama Gendun Rinpoche, llamado "Livre E Fácil" (El texto está en portugués pero fue tomado de la traducción en inglés "Free and Easy").

Es una canción vajra espontanea (o canción diamantina, en la que los maestros cantaban sobre su percepción de la realidad y su experiencia espiritual), que habla de grandes verdades del espíritu con una simpleza abrumadora.

Sin más introducción transcribo a continuación estas palabras de inmensa sabiduría:

Una Canción Vajra Espontanea

La felicidad no puede ser encontrada
a través de gran esfuerzo y fuerza de voluntad,
ella ya está presente en el relajamiento abierto y en el dejar ir.

No se esfuerce,
no hay nada para hacer o dejar de hacer.
Cualquier cosa que surja momentáneamente en el cuerpo-mente
no tiene ninguna importancia real;
tiene poca realidad.
¿Por qué identificarse y apegarse,
transmitiendo un juicio a ella y a nosotros mismos?

Es mucho mejor simplemente
dejar todo el juego suceder por sí mismo,
levantándose y cayendo de nuevo como olas –
sin cambiar o manipular nada
y percibir cómo todo desaparece y reaparece,
mágicamente una y otra vez,
en un tiempo sin fin.

Sólo nuestra búsqueda de la felicidad
nos impide verla.
Es como un arco-iris vívido que usted persigue sin alcanzarlo,
o como un perro corriendo detrás de su propio rabo.
A pesar de que la paz y la felicidad no existen
como una cosa o lugar real,
ellas están siempre disponibles
y lo acompañan en cada instante.

No crea en la realidad
de las experiencias buenas y malas;
ellas son como el tiempo efímero de hoy,
como el arco-iris en el cielo.

Queriendo asir lo inasible
usted queda exhausto en vano.
En el momento de abrir y relajar ese puño cerrado del apego,
el espacio infinito aparece allí – abierto, atrayente y confortable.

Haga uso de esa espaciosidad, de esa libertad y bienestar natural.
No busque nada más.
No vaya para la selva confusa
a buscar al gran elefante despierto
que ya está descansando tranquilamente en casa
al frente de su propia chimenea.

No hay nada para hacer o dejar de hacer.
Nada que forzar
Nada que querer
Y nada que perder –
¡Emaho! ¡Maravilloso!
Todo sucede por sí mismo.

(Lama Gendun Rinpoche. Free and Easy: A Spontaneous Vajra Song. In Nyoshul Khen Rinpoche.
Natural Great Perfection: Dzogchen Teachings and Vajra Sobgs. Ithaca: Snow Lion, 1995. Pág. 93-101)