jueves, 10 de diciembre de 2009

El símbolo profanado

En esta época navideña nos vemos rodeados de símbolos y tradiciones. A pesar de muchas veces no conocer su origen o significado, los continuamos reviviendo año tras año.

Sin embargo, aunque a un nivel consciente no los tengamos claros, muchos de estos símbolos tienen una connotación arquetípica y son captados a nivel inconsciente. Como dice Jung, las imágenes arquetípicas tienen un sentido a priori tan profundo que nunca cuestionamos su sentido real. (Jung, CW. IX/1 par. 22).

El caso más claro que encuentro es el del árbol de navidad, siempre llamativo, siempre hipnótico.

Existen varias historias sobre el origen de esta tradición que originalmente fue pagana y luego fue adoptada por el cristianismo para celebrar el nacimiento de Cristo.

En la simbología cristiana, la forma triangular del pino, que finalmente se convirtió en la especie típica de la navidad, hace referencia a la trinidad, Padre – Hijo – Espíritu Santo, siendo además el 3 un número sagrado en diferentes tradiciones antiguas.

Las luces, que inicialmente eran velas, representan la luz de Cristo que ilumina a sus seguidores. Las bolas que adornan el árbol, son una representación de sus frutos y en algunas versiones se dice que simbolizan la tentación, el pecado original cometido por Adán y Eva en el paraíso al comer el fruto prohibido del árbol del conocimiento.

El tope del árbol generalmente está adornado por una estrella, la estrella de Belén, guía de las almas en la oscuridad de la noche. Algunas veces, en la punta del árbol se usa también un ángel, enviado de Dios como guardián de su legado y protector de los hombres.

Sin embargo, antes que el árbol fuera adoptado por el cristianismo, ya existía la tradición de rendirle culto y adornarlo. En el paganismo germano, el árbol era considerado como eje y sostén del universo, y las estrellas y las bolas representaban los planetas y los cuerpos celestes. Cada año en el solsticio de invierno se le rendía culto al divino Idrasil (árbol del universo), en un ritual donde se celebraba la renovación.

Desde el punto de vista psicológico, el árbol tiene un simbolismo muy poderoso. Sus raíces crecen hacia abajo y sus ramas hacia arriba, siendo el puente entre la tierra y el cielo, lo profano y lo sagrado, lo inferior y lo superior, lo inconsciente y lo consciente.


El árbol philosoforum de los alquimistas, tan presente en los grabados e imágenes medievales, representa el conocimiento y la integración de los opuestos, y sus frutos son un símbolo del desarrollo y avance en el trabajo alquímico (Opus).

Y desde esa interpretación psicológica, simbólicamente es ese mismo árbol filosofal, del que Adán y Eva comieron el fruto prohibido para salir del paraíso y finalmente superar la infancia para convertirse en adultos.

Desde la mirada junguiana, el árbol es un símbolo del proceso de individuación y de la integración en el Sí Mismo, centro y totalidad de la psique: “El árbol representa la evolución de las fases del proceso de transformación y sus frutos y flores significan la coronación de la obra” (Jung, CW. IX/2 par. 372).

Es por esta razón que el simbolismo del árbol está también íntimamente ligado a la espiritualidad.

Desafortunadamente, vivimos en una época donde esa enorme riqueza simbólica se ha banalizado en extremo y los árboles de navidad se han convertido en un recurso publicitario que fomenta un consumismo desenfrenado.

Entonces lo sagrado se pierde, cuando la enorme estrella en el tope de un árbol de navidad imponente, tiene el nombre de algún operador de celular… o cuando cada adorno está marcado con el logo de una marca de cerveza…

Es así como el sentido de lo numinoso, de lo sagrado, se diluye en medio de una maquinaria publicitaria a la que estamos tan acostumbrados que ni siquiera la percibimos.

Esa pérdida del valor de los símbolos es la causa de muchas neurosis en el hombre moderno.

Pero nuestro inconsciente “identifica” este simbolismo arquetípico y es por eso que quedamos hipnotizados frente a un árbol de navidad, repleto de luces, ángeles, bolas y adornos, sin importar si es publicitario o no.

El árbol, columna del universo, produce su encantamiento tocando en lo más profundo de nuestro inconsciente, y una estrella en la punta intenta guiarnos en la oscuridad de la ignorancia.

Hacer consciente este profundo simbolismo arquetípico y el sentido de las tradiciones, puede ayudarnos a rescatar el carácter sagrado del símbolo en la navidad y su importante significado psicológico.

Tal vez así, nos ilumine de nuevo la luz de la estrella de Belén.

Referencias

· BIEDERMANN, Hans. Dictionary of Symbolism. USA: Meridian Books
· JUNG, Carl Gustav. Os Arquétipos e o Inconsciente Coletivo. Obras Completas, Vol. IX-1. São Paulo: Vozes
· JUNG, Carl Gustav. Aion. Obras Completas, Vol. IX-2. São Paulo: Vozes

miércoles, 21 de octubre de 2009

Uno con el universo

Últimamente, por alguna razón, me estoy encontrando repetidamente con una misma idea que se me presenta en diferentes formas, en lo que estoy leyendo, en conversaciones y hasta con mis pacientes. Sin proponérmelo esta idea me está dando vueltas y parece buscar la manera de estar presente. Aunque parezca extraño, se trata de la idea de la totalidad del ser.

Jill Bolte Taylor es una neuróloga estadounidense, que después de varios años de estudiar las diferencias entre el cerebro de las personas esquizofrénicas y las personas “normales” (si es que existe alguien a quien se pueda llamar “normal”), sufrió un derrame cerebral.

He querido publicar este video, que recientemente fue traducido, no sólo por lo increíblemente interesante que resulta la narración de Taylor sobre su experiencia a nivel neurológico, sino porque ella vivenció a partir de este episodio, la sensación de que su identidad se desvanecía y se fundía con el resto del mundo.

En términos psicológicos esto podría verse en un primer momento como un episodio psicótico donde el Yo se pierde y los límites entre uno mismo y el resto del mundo se desvanecen, lo cual se percibe como una enorme amenaza para la psique.

Pero en este caso, no se trató de un episodio psicótico sino de una experiencia transpersonal, un momento de ampliación de conciencia en donde ella sintió que era “una con el universo”.

Esta experiencia ha sido narrada durante siglos, por yoguis, místicos, gurús y toda clase de personas que de diferentes maneras han llegado a tomar distancia de sí mismos para experimentar que somos todos una sola sustancia cósmica y que nuestra percepción de que somos seres individuales y separados por los límites de nuestro cuerpo y nuestra identidad es sólo una ilusión, llamada Maya por los orientales.

Sólo superando Maya podemos ver la verdad del ser, que es nuestra verdad. Algunos lo logran a través de la meditación disciplinada y la vida espiritual, otros a través de los eventos más inesperados que cambian su vida para siempre.

Jill Taylor es ahora considerada por muchos como una guía espiritual, que viaja contando su experiencia a miles de personas en el mundo.

Espero que disfruten de esta charla tanto como yo.

(Para ver los subtítulos deben hacer clic en "view subtitles" y luego elegir "spanish").



PD: Por cierto, ya hay muchísimas charlas TED traducidas. Los invito a visitar este excelente site http://www.ted.com/translate/languages/spa, que conocí a través de Diego Leal, uno de los traductores voluntarios de TED. En esta página se encuentran las experiencias más variadas de personas que se han destacado en sus áreas y que cuentan todo tipo de experiencias inspiradoras. ¡Realmente vale la pena!

lunes, 28 de septiembre de 2009

Primer año de Inconsciente Conectivo

El 28 de septiembre de 2008 este blog fue creado. No puedo creer que haya pasado un año. Pero si de algo me he dado cuenta en este tiempo, es que hay muchas maneras de estar en contacto y después de casi 4000 entradas en 35 países, estoy convencida que este sólo es el comienzo.

Primero que todo quiero agradecer a todos los lectores que visitan los post y a todos los que han publicado sus aportes. Debo decir que me encantaría recibir muchos más comentarios públicos, pero me parece un buen comienzo.

Y todo buen comienzo ¡hay que celebrarlo!
Inconsciente Conectivo, como todo bebé de un año, ya comienza a caminar, así que vamos a ampliar los horizontes del blog y abrir posibilidades de encuentro virtual, aprovechando las múltiples herramientas de internet.

Esto se traduce en que además de los post tradicionales, estoy trabajando en ofrecer videoconferencias, cursos y grupos de estudio virtuales sobre Psicología Analítica y temas afines.
Y es esta última opción con la que quiero empezar. Para quien esté interesado en una introducción al pensamiento Junguiano, a partir de hoy están abiertas las inscripciones para el Grupo de Estudio Virtual sobre la autobiografía de Jung, “Recuerdos, Sueños, Pensamientos”.

Me parece que este libro es una excelente introducción, ya que en él Jung no sólo cuenta su interesantísima biografía, sino también de dónde surgió su teoría, sus conceptos de arquetipos, inconsciente colectivo y su concepción de la psique.

No es necesario ser psicólogo ni tener conocimientos previos en Jung. Pero sí es necesario contar con aproximadamente 4 horas semanales, de las cuales 2 serán de encuentro sincrónico en la red y por lo menos 2 de trabajo individual para la preparación de las lecturas semanales. Adicionalmente, por supuesto es necesario contar con conexión a internet y ojalá cámara web.

Los detalles del grupo de estudio y las inscripciones están disponibles aquí:
http://docs.google.com/Doc?docid=0AZvL3E5XRVPtZGZxbWM1bWZfMWtqMjNnM2Rq&hl=en

Como el objetivo es ofrecer espacios de aprendizaje e interacción para todas las personas de habla hispana que quieran estudiar a Jung, y como regalo de celebración, la participación en este grupo de estudio es gratuita.

Ya que el número de inscripciones es limitado y el grupo comenzará pronto (¡se acabó el año!) les recomiendo realizar su inscripción cuanto antes.

Una vez más gracias a todos y seguiré contándoles otras novedades en Inconsciente Conectivo, y que los sigamos cumpliendo hasta el post… 3000?????

viernes, 25 de septiembre de 2009

El sacrificio del Eros

Durante la primera semana de septiembre tuve la oportunidad de asistir al V Congreso de Psicología Analítica en Santiago de Chile. Una vez más, se reafirma el papel creciente de la Psicología Junguiana en América latina y el excelente nivel de los ponentes, en su mayoría analistas. El tema del congreso fue Eros y Poder, lo que, como se imaginarán, permitió toda una diversidad de abordajes y aplicaciones.

Aunque son muchas las conferencias que valdría la pena mencionar, quiero referirme acá específicamente a la dictada por Juan Carlos Alonso*, sobre la “Crisis de la hegemonía masculina y su impacto en la individuación de parejas”. En esta conferencia se resaltó la importancia de la individuación de la pareja desde cada uno de sus miembros. Esto a mi manera de ver, se trata de un principio fundamental en el que primero hay que ser uno para luego ser dos.

Quiero aclarar que no se trata de que sólo si uno logra la individuación puede unirse a otro… si así fuera ¡no existirían parejas en el mundo y la raza humana estaría sentenciada a desparecer! Se refiere a que cada uno tenga y recorra su propio camino y pueda seguir desarrollándose con el otro y no “a pesar” del otro.

El punto es que hoy en día los roles de la pareja están en un momento de transición. La identificación del masculino con el rol proveedor está sufriendo cambios y en pro de desarrollar su lado analítico y profesional, las cualidades de cuidado, afecto e intuición, vienen en detrimento en muchas mujeres. Todo esto afecta, en unos y otros, el proceso de desarrollo de la personalidad y de diferenciación psicológica propio de la individuación.

Esto se refleja en una crisis de la masculinidad en la que es confuso para los hombres cuál es su rol, tan claramente delimitado durante siglos, entre otras cosas porque en nuestra sociedad los hombres no fueron criados para el Eros y sí para el Poder. Se les exige hoy en día que cuiden a los niños y asuman labores domésticas, que nunca pensaron en realizar.

Ahora, no estoy con esto proponiendo que volvamos a esquemas anteriores ni mucho menos… Estoy segura que aunque no hayan sido educados para el cuidado de los otros, perfectamente pueden hacerlo. Como decía alguna vez Florence Thomas en una conferencia en la Universidad de los Andes en Bogotá, ¿cómo un hombre que gerencia una empresa con más de mil empleados y mantiene los más altos niveles de producción, no va a ser capaz de cambiar un pañal? De acuerdo, capaces somos todos, hombres y mujeres, aunque por supuesto “cambiar el pañal” es sólo una caricatura de todo lo que envuelve estar a cargo de un hogar.

Aunque ya había explorado un poco este tema en un post anterior (Homenaje al ánima), me parece interesante retomarlo a partir de una de las conclusiones de la conferencia: Hoy en día, las mujeres han disminuido en Eros (delegando cada vez más las funciones del hogar y de crianza de los hijos, por ejemplo) y han aumentado en Poder (Con sus conquistas en el mercado laboral). Mientras tanto los hombres han disminuido en Poder pero no han aumentado en Eros.

Si es así, ¿es entonces el Eros el gran sacrificado?

Creo que la respuesta es sí y a esto se debe en gran parte la crisis social actual, con un Eros que no encuentra expresión en hombres que se sienten inadecuados asumiendo nuevas funciones familiares, ni en mujeres que se sienten frustradas por quedarse en casa, ni en niños que crecen solos frente a un televisor porque no es claro quién debe (¿o quiere?) hacerse cargo de ellos.

En mi opinión, sólo cuando hombres y mujeres seamos capaces de reconocer en nosotros mismos Eros y Poder e integrarlos, probablemente estemos acercándonos al final de esta complicada transición.

¿Cómo lograr eso? Juan Carlos Alonso propone: “Se requieren espacios de reflexión entre hombres y mujeres sobre las ganancias obtenidas, asumiendo la de-sexualización de la función proveedora, con un Poder que se comparte y un Eros fortalecido en la dimensión relacional y personal. Así, las relaciones lograrían constituirse en un lugar de individuación para ambos sexos.” (1)

Desde mi punto de vista, como en todo momento transicional aparecen radicalismos iniciales para dar paso después a una síntesis, un equilibrio que como sociedad estamos necesitando. El problema es ¿cuántas generaciones va a tomar este cambio?


* Presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Psicología Analítica en Colombia - ADEPAC

(1) Alonso, J.C (2009), Crisis de la hegemonía masculina y su impacto en la individuación de parejas. Memorias V Congreso de Psicología Analítica. Santiago de Chile

sábado, 29 de agosto de 2009

La función adaptativa de los sueños recurrentes

En la edición de junio de Scientific American se publicó un artículo escrito por Jesse Bering, director del Instituto de Cognición y Cultura en la Universidad de Queen en Irlanda del Norte, llamado “Soñando sin sentido: el enigma evolutivo del contenido de los sueños” (http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=evolutionary-enigma-dream).

Bering comienza su artículo citando varios de sus sueños y luego se pregunta por qué el cerebro produce esas imágenes absurdas, llenas de emociones intensas y paisajes surreales que para él son “basura narrativa”. Así que busca una explicación desde el punto de vista evolutivo y se pregunta cuál es la función adaptativa de los sueños.

Vale la pena mencionar algunas de las teorías citadas en el artículo. Fred Snyder propone que los sueños funcionarían como una especie de “protector de pantalla”, estimulando al cerebro para mantenerlo “en forma” durante largos períodos de inactividad. De esa manera el cerebro seguiría produciendo ciertos neurotransmisores mientras algunas regiones del cerebro permenecen inactivas. Esta teoría se basa en que el contenido del sueño no tiene ninguna importancia mientras el cerebro se mantenga en actividad. Frente a esto me pregunto, ¿por qué entonces no aparece simplemente una misma imagen noche tras noche, como en el computador?

Otra teoría evolucionista, propuesta por el antropólogo Don Symons, afirma que los sueños permiten una simulación de resolución de problemas, siendo un ambiente ideal y seguro para enfrentar amenazas reales del ambiente. Sobre esta teoría específicamente me pregunto, ¿acaso todos los sueños tienen que ver con amenazas y posibles peligros del ambiente?, ¿cómo explica esta teoría los sueños eróticos y la innumerable variedad de sueños placenteros por ejemplo?

Por último, William Dement de la Universidad de Stanford, realizó un experimento con cientos de estudiantes para demostrar que los sueños pueden cumplir un rol de resolución de problemas. Algunos lograron resolver un problema de secuencia lógica en sus sueños, lo que permitió mostrar que las teorías basadas únicamente en el funcionamiento fisiológico del cerebro son reduccionistas. En esto estoy totalmente de acuerdo, pero agregaría que la resolución de problemas es sólo UNA de las muchas funciones de la actividad onírica.

Finalmente el autor del artículo resalta que cada una de estas teorías puede tener algo rescatable pero ninguna de ellas da una explicación sobre los sueños recurrentes, aquellos que se repiten una y otra vez, algunas veces durante años.

Para seguir en la lógica evolucionista del artículo, mi posición es que los sueños recurrentes tienen un enorme valor adaptativo.

Bering cita un estudio realizado en 2006 publicado en la Revista Consciousness and Cognition, en donde se realizó un análisis de 212 sueños recurrentes de los participantes en el estudio cuya edad iba de 18 a 81 años. Los resultados sobre los temas de estos sueños recurrentes son interesantísimos: Escapes y persecución (25,9%), accidentes y desgracias (19,7%), agresión y violencia (19 %), dificultades físicas (17%), dificultades emocionales (7.5%) y desastres (3,4%).

Según mi experiencia y como lo confirma este estudio, los sueños recurrentes son generalmente una señal de alarma. Son sueños que muestran amenazas y problemas en algún área de nuestra vida. Es por eso que se repiten. El inconsciente está mandando un mensaje una y otra vez y no dejará de hacerlo hasta que la persona haga algo al respecto. Muchas veces ese “hacer algo” comienza por entender qué es lo que está amenazando nuestro equilibrio psíquico.

En este sentido, podríamos decir que los sueños recurrentes tienen un papel adaptativo tan importante como el de la sensación de dolor. Si tenemos una infección en algún órgano del cuerpo y no sentimos dolor, probablemente no vamos a notar que hay un problema y no vamos a hacer nada al respecto, lo que después de un tiempo podría llevar a complicaciones tan graves que estaríamos en riesgo de muerte. De esa manera, el dolor nos alerta sobre un problema y nos lleva a tomar cartas en el asunto.

De la misma manera, los sueños recurrentes tienen un altísimo valor adaptativo porque nos muestran un peligro o una amenaza que debemos atender para asegurar nuestra salud mental, sin la cual no existe posibilidad de adaptación.

Probablemente algunos de ustedes han tenido la experiencia de tener sueños recurrentes y lo más interesante es que cuando nos preocupamos por entenderlos y hacer algo al respecto los sueños cambian y comenzamos de nuevo a soñar con contenidos diferentes cada noche.

Sin embargo, también es usual que la persona les presente atención inicialmente y los sueños recurrentes desaparezcan, pero si esta actitud de atender el problema se deja de lado, el mismo sueño reaparecerá una y otra vez. Esto sucede porque el inconsciente no se da por vencido cuando se trata de alertarnos, la psique necesita equilibrio para funcionar bien.

Ahora, uno podría preguntarse, ¿por qué hay personas que no le prestan la menor atención a sus sueños y se desenvuelven normalmente en su vida, en su trabajo, con su familia? Mi respuesta a esa pregunta es que en esos casos de personas bien adaptadas el inconsciente en todo caso está haciendo su trabajo y los sueños no son su único medio de expresión. Sin embargo, para mí tener los sueños y no aprovecharlos es el equivalente a tener otro brazo y no usarlo… ¿por qué dejar de lado una herramienta tan útil cuando todos tenemos acceso a ella?

Por todo lo anterior, es claro que los sueños tienen un importante papel adaptativo desde el punto de vista fisiológico, pero quedarse únicamente en esa explicación es desconocer la enorme riqueza del contenido inconsciente gracias a la cual podemos adaptarnos y desarrollarnos psicológicamente. La actividad onírica no sólo cumple una función orgánica sino también psicológica. Y para entender esto es necesario tener en cuenta el contenido de los sueños que, en mi opinión, no tiene nada de “basura narrativa”.

lunes, 8 de junio de 2009

Ulises, el héroe inmigrante

Por razones académicas, últimamente he estado investigando sobre la problemática del inmigrante y su proceso de adaptación.

Para mi sorpresa, me encontré con que existe una nueva condición clínica, que contempla los problemas de salud mental asociados a la situación específica del inmigrante que no logra adaptarse a su nuevo entorno: El Síndrome de Ulises.

Claro que no es una coincidencia que este síndrome lleve el nombre del héroe de La Odisea. Ulises es el inmigrante por excelencia, el navegante que siempre está anhelando volver a Ítaca. Su jornada corresponde al viaje del héroe, descrito por Joseph Campbell, en su libro “El Héroe de las Mil Caras”.

En diversas mitologías, religiones y expresiones del folclor de los pueblos, aparecen repetidamente las características propias del arquetipo del héroe. Campbell, identifica y describe las etapas del viaje del héroe, en diferentes culturas a lo largo de la historia.

Pero ¿qué tiene que ver el viaje del héroe con nosotros? Bueno, todos nosotros somos viajeros, ya sea en el sentido literal de desplazarnos de un lugar a otro, o en el sentido simbólico de emprender nuestra jornada de desarrollo psicológico.

En este sentido, el inmigrante no sólo emprende el viaje literal sino también el simbólico. Su viaje es una enorme oportunidad de crecimiento y de desarrollo en el camino de la individuación. Es por esto que es posible ver la jornada del inmigrante desde la perspectiva del viaje del héroe.

Desde la mirada junguiana, el viaje del héroe simboliza el camino del desarrollo y la integración de la psique en el Self, la individuación como proceso de diferenciación psicológica en la búsqueda del desarrollo de la personalidad individual.

En la figura de Ulises, La Odisea ilustra de una manera única el arquetipo del héroe y la travesía por el camino del autoconocimiento.

Aunque es muchísimo lo que se puede decir sobre el riquísimo simbolismo de La Odisea, por un lado, y sobre los innumerables factores asociados a la problemática del proceso de adaptación del inmigrante, por el otro, acá sólo quiero rescatar algunos apartes de la Odisea que me parecen importantes en esta mirada sobre el camino del héroe.

Por ejemplo, al comienzo de su viaje, Ulises llega a la tierra de los lotófagos, donde todo es olvidado por quienes comen loto. Pero Ulises no cae en la trampa de comer esta flor, que podría verse como el equivalente a usar drogas para escapar del sufrimiento. Esta problemática es común en algunos casos de inmigrantes que, aunque nunca antes hubieran consumido este tipo de sustancias, comienzan a hacerlo bajo condiciones de presión y pérdida de identidad. Algunas veces es preferible el anestésico olvido a la confrontación con la realidad.

Otro aspecto interesante, es que uno de los factores asociados con el éxito en la adaptación del extranjero es la posibilidad de regresar a su país. Esa esperanza nunca abandona a Ulises y se encarna en la figura de Tiresias, el vidente - ciego (dualidad bellamente encarnada en Borges en nuestros días), que le anuncia su regreso a Ítaca y su reencuentro con Penélope. Sin embargo, para Ulises esa es una posibilidad cada vez más remota y parte de su desesperación tiene que ver con el regreso frustrado que sucede, en su caso, en dos oportunidades.

Pero no todo es desesperanza en el camino de Odiseo, así como en el viaje del inmigrante. En varias ocasiones él encuentra alivio y felicidad, como es el caso del encuentro con Circe y Calipso. Estas etapas del viaje corresponden al momento en el que bajan las defensas y el extranjero comienza a vivir en el presente y a disfrutar de las nuevas posibilidades que el contexto le ofrece, generándose un "sentimiento de identidad remodelado" (Grinberg y Grinberg, 1994) que permite al inmigrante adaptarse a su nueva realidad.

Pero es precisamente esta nueva identidad, la que va a dificultar el regreso al país de origen, como sugiere Campbell en la última etapa del viaje del héroe.

La problemática del regreso es maravillosamente ilustrada por Homero, cuando Ulises recibe la maldición del Cíclope de regresar como un extranjero a su tierra. Es así como Ulises finalmente regresa a Ítaca, como un desconocido y disfrazado de mendigo.

Ese simbolismo de quien ha cambiado tanto que ya no “pertenece” al lugar de origen, también es una metáfora sobre el proceso de crecimiento espiritual vivido en el viaje. Es decir, quien vuelve al punto de partida de la aventura ya no es el mismo que partió. Aunque parece que se retorna al mismo lugar, el regreso es vivenciado por una persona diferente y el punto de llegada es, como en una espiral, el mismo punto, pero ahora situado en un lugar más elevado.

Como viajeros de nuestra psique, todo este simbolismo se aplica también para el proceso de individuación de cada uno de nosotros, navegantes del inconsciente, viajeros en el camino de la individuación.

Dicho esto, la diosa dispersó la nube y apareció el país ante sus ojos. Alegrose entonces el sufridor, el divino Odiseo, y se llenó de gozo y besó la tierra donadora de grano. (Canto XIII)

Nota: Por favor, no dejen de leer el maravilloso poema de Constantino Cavafis, sobre el viaje a Ítaca, que está disponible en este blog en el comentario de la lectora Momo en el post “Todo sucede por sí mismo”. Gracias Momo por ese excelente aporte.

· CAMPBELL, Joseph. El Héroe de las mil caras. México: Fondo de la Cultura Económica. 1949
· GRINBERG, Leon. , GRINBERG, Rebeca. Psicoanálisis de la migración y el exilio. Madrid: Alianza editorial. 1994
· HOMERO. A Odisséia. Trad. E. Dias Palmeira e M. Alves Correia. Lisboa: Sá da Costa.

lunes, 20 de abril de 2009

Mandalas de luz

Hace un par de meses, en una estación del metro de São Paulo, me encontré por “casualidad” (para mí todo encuentro casual es una cita, como dijo Borges) una exposición llamada Mandalas, Noches Romanas, Noches Paulistanas. Marco Ulgheri, artista italiano, crea estas maravillosas imágenes a partir de fotografías que toma en las calles en la noche o al final del día. Con el obturador abierto de su cámara, logra captar el rastro de las luces de los carros, la gente, el reflejo en el piso mojado, las luces de la ciudad. La imagen inicial es duplicada en computador varias veces alrededor de un punto central, formando estos círculos maravillosos cuyos colores surgieron de una escena y de un momento real. Es por esto que Marco Ulgheri considera que estos Mandalas son el producto de la casualidad de un momento cotidiano captado por su cámara. Las manos del artista sosteniendo la cámara son en este caso el pincel y la pintura es la luz.


No sólo me parece maravilloso el resultado final sino también la metáfora detrás de la creación de estos mandalas.

Los mandalas son figuras simétricas a un centro, generalmente circulares o cuadradas. Estas figuras han aparecido a lo largo de la historia de la humanidad en diversas culturas y tradiciones en todo el planeta. En oriente, los mandalas han sido utilizados tradicionalmente como objetos de contemplación y meditación y es común encontrar mandalas enormemente elaborados que contienen un complejo simbolismo budista.

En el Tíbet, los lamas tienen una tradición que personalmente encuentro admirable. Realizan enormes mandalas con arena muy fina de colores. Este proceso puede tomar varios meses en donde hay una dedicación total para lograr cada detalle sólo con arena. Una vez el mandala es terminado se protege con una urna de cristal y el pueblo en peregrinación pasa en grandes filas a verlo. Y cuando la peregrinación ha terminado, los lamas simplemente retiran la urna de cristal y el viento se va llevando la arena y con ella las formas y detalles. Finalmente sólo queda un gran espacio vacío, ningún rastro de la gran obra realizada y la increíble lección budista de desapego e impermanencia que a los occidentales nos cuesta tanto siquiera entender.

Para Jung, los mandalas son una imagen que representa la psique, cuyo centro es el Sí-Mismo. Él observó que estas figuras simétricas al centro, aparecían espontáneamente también en muchos de sus pacientes, en sueños y dibujos, especialmente en momentos de crisis, como si fuera una manera en que la psique busca organización y equilibrio.

En ese sentido, los mandalas son símbolos del Sí-Mismo, como centro regulador de la psique.

Es por todo lo anterior que me parece maravillosa la metáfora lograda por Ulgheri al mostrarnos sus mandalas hechos de luz. Me hace pensar que ahí, en medio de la noche de grandes ciudades congestionadas por el tráfico, los transeúntes, la lluvia, también está la prima materia del círculo sagrado.

Quien esté interesado en ver más mandalas de Marco Ulgheri puede hacerlo en este URL: http://www.ulgheri.it/digital-art/mandala/mandala.htm

miércoles, 1 de abril de 2009

Todo sucede por sí mismo

El sábado pasado tuve el privilegio de conocer a Tenzin Namdrol, monja budista ordenada novicia en 1996 por el Dalai Lama. Fue un encuentro muy cercano, con pocas personas, en el que esta mujer excepcional habló sobre Budismo y Psicología Analítica, los grandes puntos de encuentro con el pensamiento junguiano. Por supuesto que no es una coincidencia que existan estos puntos en común ya que Jung basó gran parte de su teoría en sus estudios sobre filosofía y religiones orientales.

En el encuentro con personas espiritualmente avanzadas, cada mensaje es de tal profundidad que una sola frase podría ser motivo de reflexión para el resto de la vida. Es por eso que no hay manera de resumir lo expuesto.

Sin embargo, al final del encuentro Tenzin entregó a cada uno de nosotros un texto del lama Gendun Rinpoche, llamado "Livre E Fácil" (El texto está en portugués pero fue tomado de la traducción en inglés "Free and Easy").

Es una canción vajra espontanea (o canción diamantina, en la que los maestros cantaban sobre su percepción de la realidad y su experiencia espiritual), que habla de grandes verdades del espíritu con una simpleza abrumadora.

Sin más introducción transcribo a continuación estas palabras de inmensa sabiduría:

Una Canción Vajra Espontanea

La felicidad no puede ser encontrada
a través de gran esfuerzo y fuerza de voluntad,
ella ya está presente en el relajamiento abierto y en el dejar ir.

No se esfuerce,
no hay nada para hacer o dejar de hacer.
Cualquier cosa que surja momentáneamente en el cuerpo-mente
no tiene ninguna importancia real;
tiene poca realidad.
¿Por qué identificarse y apegarse,
transmitiendo un juicio a ella y a nosotros mismos?

Es mucho mejor simplemente
dejar todo el juego suceder por sí mismo,
levantándose y cayendo de nuevo como olas –
sin cambiar o manipular nada
y percibir cómo todo desaparece y reaparece,
mágicamente una y otra vez,
en un tiempo sin fin.

Sólo nuestra búsqueda de la felicidad
nos impide verla.
Es como un arco-iris vívido que usted persigue sin alcanzarlo,
o como un perro corriendo detrás de su propio rabo.
A pesar de que la paz y la felicidad no existen
como una cosa o lugar real,
ellas están siempre disponibles
y lo acompañan en cada instante.

No crea en la realidad
de las experiencias buenas y malas;
ellas son como el tiempo efímero de hoy,
como el arco-iris en el cielo.

Queriendo asir lo inasible
usted queda exhausto en vano.
En el momento de abrir y relajar ese puño cerrado del apego,
el espacio infinito aparece allí – abierto, atrayente y confortable.

Haga uso de esa espaciosidad, de esa libertad y bienestar natural.
No busque nada más.
No vaya para la selva confusa
a buscar al gran elefante despierto
que ya está descansando tranquilamente en casa
al frente de su propia chimenea.

No hay nada para hacer o dejar de hacer.
Nada que forzar
Nada que querer
Y nada que perder –
¡Emaho! ¡Maravilloso!
Todo sucede por sí mismo.

(Lama Gendun Rinpoche. Free and Easy: A Spontaneous Vajra Song. In Nyoshul Khen Rinpoche.
Natural Great Perfection: Dzogchen Teachings and Vajra Sobgs. Ithaca: Snow Lion, 1995. Pág. 93-101)




lunes, 16 de febrero de 2009

Las respuestas del inconsciente

En su libro “Sueños, Símbolos Religiosos del Inconsciente”, muy interesante por cierto, James Hall habla sobre imágenes que aparecen en los sueños y parecen relacionarse con un sentido religioso. Hall analiza a lo largo del libro, a partir de múltiples experiencias con sus pacientes, si la naturaleza de esas imágenes es puramente psicológica o si se podría tratar de verdaderas manifestaciones divinas.

Es interesante que estas imágenes pueden corresponder a la tradición religiosa específica del soñador o presentarse contenidos propios de otras tradiciones que muchas veces son desconocidas para el paciente, tales como dioses mitológicos o personajes de culturas antiquísimas con las que el soñador muchas veces no ha tenido contacto. Por otro lado, es posible que el inconsciente escoja imágenes seculares para transmitir un sentido religioso en los sueños. En fin, como siempre el tema es complejo e inagotable y de nuevo cada caso es único.

Frente a esto último, Hall hace una crítica sobre diversas teorías y abordajes que existen a la hora de trabajar con los sueños en terapia. Aunque estoy de acuerdo con él en la mayoría de sus planteamientos, se refiere específicamente a la imposibilidad de hacer preguntas al inconsciente y esperar que el sueño nos dé una respuesta. Este autor argumenta que los sueños no pueden ser tratados como un servicio de información que responde a preguntas cotidianas, y que si así fuera existirían muchos más millonarios y corredores de bolsa que los que existen en la actualidad.

Es en este punto donde no estoy de acuerdo con Hall, porque me parece que su comprensión de esta posibilidad es bastante limitada al reducirla a la idea de preguntarle al inconsciente cuál es el número que va a ganar la lotería o cuáles acciones van a subir en la bolsa de Nueva York.

Gayle Delaney, psicóloga estadounidense, ha trabajado durante años la técnica a la que llamó Incubación de sueños. Lo que Delaney propone es que, en efecto, podemos formular preguntas a nuestro inconsciente antes de dormir y obtendremos respuesta a ellas por medio de los sueños, principal medio de expresión del inconsciente. Obviamente desde un punto de vista reduccionista esto sería absurdo, pero no lo es cuando entendemos que no se trata de preguntas cotidianas ni ligeras las que se espera que se planteen. En los sueños, el inconsciente nos habla sobre nuestro estado psíquico actual y la manera como se está dando nuestro proceso de individuación.

De hecho, frente a preguntas superfluas y una actitud consciente poco reflexiva, lo más probable es que el inconsciente ejerza una función compensadora y muestre al soñador la importancia de dar espacio a una visión más trascendente y profunda de su vida.

Sin embargo, sabemos que el inconsciente no habla el mismo idioma que la conciencia y es por eso que es difícil entender los sueños, como lo había comentado en un post anterior.

Obviamente no se trata de hacer una pregunta y esperar que el inconsciente responda con un Sí o un No, o un “es propicio continuar intentando” o ese tipo de respuestas que salen en las galletas de la fortuna chinas… El inconsciente se expresará con las imágenes y símbolos que le parezcan los más adecuados para transmitir al soñador la respuesta y, como también había mencionado hace unos meses, es necesario entender el mensaje según el contexto de cada soñador.

Pero tampoco se trata de desmoralizar a nadie pensando que sólo con años de terapia y por medio de la acción de un analista erudito se comprenderá el significado de estos mensajes oníricos. Estoy convencida de que el inconsciente no crea sueños que el soñador no esté en capacidad de entender.

En el libro “El Mensaje de los Sueños”, Delaney explica de una manera muy clara cómo aplicar la técnica de incubación de sueños y entender el significado de las respuestas a las preguntas que formulemos.

Aunque no voy a describir acá la técnica en detalle, porque la idea es que quien esté interesado lea el libro, en resumen se trata de formular una pregunta clara sobre un tema que realmente esté presente en ese momento de nuestras vidas, escribirla en nuestro cuaderno de sueños y dormirnos repitiendo la pregunta y pensando que soñaremos con la respuesta y que recordaremos el sueño vívidamente al despertar. Por supuesto, como con todos los sueños, se recomienda escribirlo al despertar, aunque su contenido parezca extraño y muchas veces sin relación con nuestra pregunta. Generalmente la respuesta está allí y repasando los elementos del sueño se hace clara.

Es importante decir que la técnica probablemente no funcionará de inmediato, y como todo lo relativo al autoconocimiento, implica un entrenamiento y seguir determinados pasos para lograrlo. Esto puede tomar algún tiempo, pero siguiendo las recomendaciones de Delaney se puede lograr desarrollar esa maravillosa herramienta para encontrar en el inconsciente respuesta a interrogantes importantes en nuestra vida.

Una paciente mía que tenía varios trabajos al mismo tiempo y trabajaba 14 horas diarias recibió una nueva oferta de trabajo que, según ella, podría realizar en paralelo a sus otras obligaciones laborales. Para ella, eso mejoraría su situación económica, por lo que estaba considerando aceptar esta nueva ocupación. Le sugerí analizar si realmente valía la pena adquirir otra responsabilidad como esa y si era lo más conveniente en ese momento de su vida.

Durante la siguiente semana a la sesión ella incubó un sueño con la pregunta:
¿Me conviene aceptar esta nueva oferta de trabajo? Esa noche tuvo el siguiente sueño:
“Estoy en mi apartamento. Veo que llegaron los recibos para pagar los servicios del mes. Abro la cuenta de la luz y veo que el valor es diez veces más alto que el que normalmente pago. Pienso que es absurdo y que esa cuenta ¡no tiene sentido!”

En este caso la respuesta del sueño es casi literal. El inconsciente le está diciendo a esta paciente que está gastando mucha más “energía” de lo normal y que este gasto es desproporcionado. En el sueño aparece el simbolismo de la cuenta de cobro, como una imagen de que ese desgaste tiene un precio.

A partir de este sueño la paciente no sólo no aceptó la nueva oferta de trabajo sino que organizó su tiempo para trabajar menos horas diarias, entendiendo que realmente su situación económica era buena y que no necesitaba desgastarse tanto.

En el libro de Delaney hay decenas de ejemplos de la aplicación de la técnica por lo que recomiendo leerlo, porque realmente pienso que da herramientas para comprender el significado de los sueños y para tener una relación más “cercana” con el inconsciente.

Sin embargo, quiero recordar que se trata sólo de una de muchas técnicas posibles para comunicarnos con nuestro inconsciente. Los sueños espontáneos, quiero decir, los que soñamos cada noche sin realizar ninguna pregunta o utilizar ninguna técnica específica, generalmente tienen información valiosísima sobre nuestro proceso psicológico.

Obviamente la incubación de sueños no es algo que se haga todas las noches ni mucho menos. Es más bien una herramienta reservada para momentos de decisiones importantes, crisis o problemas que parecen no tener salida. Muy diferente todo esto a la visión reduccionista de pensar que el inconsciente nos contestará qué ropa debo usar mañana o qué peinado me queda mejor.

Pero más allá de esa discrepancia con la crítica de James Hall a la incubación de sueños, obviamente también recomiendo leer “Sueños, Símbolos Religiosos del Inconsciente”, para tener una mirada más comprensiva del lenguaje de nuestro inconsciente y de las posibilidades infinitas del simbolismo de los sueños que, según mi opinión y experiencia, también pueden responder preguntas.